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Cirugía Endoscópica
La endoscopia se define como la observación directa del interior de un órgano o cavidad mediante un sistema óptico o endoscopio (tubo con iluminación conectado a una cámara de vídeo y monitor de televisión), que se introduce a través de orificios naturales o a través de la pared abdominal. Así se obtiene una información más fiable que las aportadas por otras exploraciones externas, como el examen físico, la ecografía o las técnicas radiológicas.
Su utilización asegura el máximo rendimiento y fiabilidad en la interpretación de las imágenes, minimizando, a su vez, el riesgo de complicaciones. Las técnicas endoscópicas permiten un correcto diagnóstico y tratamiento de las patologías ginecológicas, de una forma menos agresiva, aspecto de fundamental importancia en el tratamiento quirúrgico de los problemas reproductivos.
Sólo se requiere hospitalización durante unas horas, permitiendo la vuelta al domicilio el mismo día de la intervención. Las molestias postoperatorias son menores que en la cirugía convencional, lo que permite no modificar sustancialmente la actividad laboral, social y habitual de la paciente, manteniendo la eficacia de la intervención.
La cirugía endoscópica ocasiona una menor hemorragia y pérdida sanguínea, al mismo tiempo que se reduce la formación de adherencias. Además, los resultados estéticos son mucho mejores con las técnicas endoscópicas que con la cirugía abierta convencional.
Por todas estas razones, la cirugía endoscópica, si está indicada y es factible, es la técnica quirúrgica de elección.
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